«El "Katrina" es la crónica de una muerte anunciada. Todo el mundo sabía lo que podía ocurrir en Nueva Orleans, no era sólo una cuestión de especialistas. Lo que se sabía, sencillamente y al menos desde el año 1965 -cuando la ciudad fue sacudida por el huracán "Betsy", de fuerza tres-, era que algo así iba a provocar millares de muertes. Y aún así no se hizo nada». Así de rotundo se muestra Luis Manjarrés, representante musical y uno de los pioneros en el impulso del jazz en Asturias, que formó parte de los afortunados que lograron salir de Nueva Orleans antes de la llegada del «Katrina». Se dirigió a Jackson, en Misisipi. El trayecto que normalmente se realiza en tres horas se convirtió en siete de largas y lentas caravanas. Manjarrés, que hasta la llegada del huracán tenía un pequeño despacho en Nueva Orleans, que da por perdido, se pregunta «dónde estaban las autoridades» tras el desastre. Y se responde a sí mismo: «Bush, el gran líder de la civilización occidental, al día siguiente del huracán, estaba tocando la guitarra con un cantante de country. El segundo de a bordo, el vicepresidente, siguió de vacaciones pescando, hasta el jueves (el "Katrina" llegó a Nueva Orleans ese lunes), con toda la gente subida ya a los tejados. La tercera en el escalafón, Condoleezza Rice, el miércoles, más de 48 horas después, estaba comprando zapatos, de más de 2.500 dólares el par, en la Quinta Avenida. Y Donald Rumsfield estaba viendo un partido de béisbol en California. Esto no me lo invento yo, está en la prensa. Se trata, de una forma gráfica, de la respuesta que dieron las autoridades al desastre. Las consecuencias las sabe todo el mundo».Para Manjarrés, todo es un gran error. «El responsable, nombrado por Bush, de la agencia que se hace cargo de las emergencias, la FEMA, Michael D. Brown, su gran currículun es haber sido ejecutivo de la Asociación Internacional del Caballo Árabe. Es la prueba de que la Administración Bush coloca en puestos de responsabilidad a gente con relación directa con el poder pero sin experiencia en el área para la que es designada». Luis Manjarrés salió de Nueva Orleans dos días antes del «Katrina». «Había quedado con el pianista Henry Buttler en el barrio francés. No se presentó. En la calle no había nadie, sólo veías gente amartillando con chapas de aglomerado ventanas y puertas. Me marché a las cinco y media de la tarde». Ese lunes llegó el «Katrina», arrasándolo todo. «Vives la situación como algo irreal. Tienes una vida de ciudadano del primer mundo, con tus hábitos de conducta, aunque alrededor haya miseria. En ese momento no eres plenamente consciente de la gravedad. Empiezas a serlo al cabo de días. Pero en lo que piensas no es en ti, es en las personas que realmente lo han perdido todo. Lo que me preocupa son ellos. No es un desastre en términos generales, son personas con cara, sonrisa, nombres... Y se han quedado sin nada». Con el objetivo de ayudar «al menos a siete» de esas personas, «los músicos más necesitados que conocemos», Manjarrés -junto con Jordi Suñol, de Cataluña, y otras agencias europeas- han logrado formar una banda con víctimas del «Katrina». Entre ellas se encuentra Charmaine Neville, «que lo ha perdido todo». El grupo «New Orleans All Stars Jazz Band» iniciará la gira en octubre y por el momento ya tienen confirmadas actuaciones en Londres, San Sebastián, Barcelona, Madrid y Pamplona. Toda la gente que trabaja en el proyecto lo hace de forma gratuita. |
1 Comments:
Endeavour Award Finalists Named
The finalists for 2005 Endeavour Award, honoring distinguished science fiction or fantasy books by a writer from the Pacific Northwest, have been announced.
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